1.- En caso de que algún hombre se tome la libertad de intentar espantar la avispa que lleva usted en el cuello de la camisa, no se lo piense dos veces...
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3.- Luego, tomando impulso, rompale la mandíbula con la cabeza...
4.- ...y con un enérgico movimiento de rodilla, conviértale en una "soprano lírica" para toda la vida.
5.- Aproveche que está inclinado por el dolor para hundirle con el codo varias cervicales.
6.- Antes de que pueda caer en el suelo inerte, repita el movimiento nº 4, dirigiendo esta vez la rodilla a la nariz del libertino. Un sonido seco le indicará su fractura.
7.- Una vez en el suelo, aproveche para golpearle repetidamente con el talón en las costillas hasta que note que, ya astilladas, se van clavando en la pleura.
8.- Si tiene la más mínima duda de que el libertino sigue con vida, puede, con un golpe certero, reventale el higado.
Si algún hombre se acerca para interrumpir este proceso (especialmente si apela a la bondad humana o la misericordia), no le escuche y aplique también sobre él los pasos 1 al 8.
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Estoy deseando conocer el manual japonés que explica cómo los hombres podemos defendernos del "sexo débil".
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